Pokémon Go ha hecho enloquecer a millones de usuarios en todo el mundo. Aún retenemos en nuestra retina las imágenes del pasado 15 de julio en Central Park, cuando una muchedumbre en busca de Vaporeon, un tipo de Pokémon que aparece con poca frecuencia en la aplicación y que es una de las tres evoluciones del adorable zorrito Eeve -la de agua, concretamente-, acudió el pulmón de Nueva York al enterarse que estaba merodeando por el lugar.
El videojuego, que ya es un fenómeno social, ha conseguido lanzar a las calles a miles de personas en busca de estos personajes de dibujos animados japoneses que, usando la cámara, aparecen en las pantallas de sus dispositivos en un entorno real.
En efecto, Niantic, Inc, desarrollador de Pokémon Go, fue fundada por John Hanke, quien recibió previamente fondos de la sociedad de capital riesgo, In-Q-Tel para desarrollar lo que eventualmente se convirtió en Google Earth.
La CIA estableció In-Q-Tel en 1999 como su brazo de capital riesgo para “identificar e invertir en compañías que desarrollan tecnologías de la información de vanguardia que sirven a los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos”, según la propia empresa.
Es fácil ver por qué la CIA tendría un interés en el software detrás de Pokémon Go; el juego utiliza la cámara del jugador y el giroscopio para mostrar una imagen de un Pokémon como si estuviera en el mundo real, como en un complejo de apartamentos del jugador o en el baño de tu lugar de trabajo.
Un software como este teóricamente podría convertir los teléfonos inteligentes de millones de usuarios en “sondas robot” que toman en tiempo real, imágenes de sus ciudades y de sus hogares a nivel del suelo, llegando hasta los callejones más oscuros y los sótanos que no pueden alcanzar los satélites espías y coches de Google.
A comienzos del 2000, In-Q-Tel invirtió en Keyhole Inc., compañía fundada por Hanke que desarrolló imágenes en “sobrevuelo” 3D de los edificios y terrenos a partir de datos geoespaciales recogidos por los satélites.
Los creadores del juego, las empresas The Pokemon Company International y Niantic, reconocieron que un error de la aplicación hace que tengan de forma automática y sin previo aviso acceso absoluto a las cuentas de Google de los usuarios de dispositivos que empleen iOS (Apple). De rechazar este acceso, el usuario no podrá jugar.
Sin embargo, pese a que la aplicación exige el acceso absoluto a la cuenta –lo que implica correos electrónicos, documentos e historia de búsquedas del jugador– asegura que solo reúne “información básica” de la cuenta de Google del mismo, como la mera dirección de correo electrónico. Lo afirman sus creadores, que dicen estar tratando de solucionar el error
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