Una de las más misteriosas construcciones megalíticas que han llegado hasta nuestros días son las llamadas Piedras o Alineamientos de Carnac, una gigantesca colección de mas de 3.000 megalitos situados en posición vertical y alineados a lo largo de 1 kilómetro, sobre cuyo significado o utilidad no podemos más que especular. Esta maravilla de la antigüedad se encuentras en las afueras de la villa francesa de Carnac, ubicada en la zona noroccidental de Francia, concretamente en Bretaña.
De momento, se estima su antigüedad en torno a los 6.000 años, aunque no se puede afirmar con seguridad, quizá pertenezcan a la misma época que las míticas Stonehenge, aunque su utilidad no parece ser la misma, dada la alineación de las piedras. El yacimiento está dividido en dos partes principales, los alineamientos de Kermario y de Menec, aunque también se pueden hallar otras aglomeraciones de monolitos en los alrededores.
Por una parte, en los Alineamientos de Menec nos encontramos con doce líneas de menhires extendiéndose a lo largo de 1 kilómetro, terminando en un círculo también confeccionado con piedras. En el extremo Oeste están las de mayor tamaño, llegando a los 4 metros de altura, al contrario que en la parte Este, donde hallamos las piedras de menor tamaño. En los Alineamientos de Kermario, también conocidos como la Casa de los Muertos, hay bastantes similitudes con el de Menec, aunque la cantidad de rocas supera el millar, y están dispuestas en diez hileras de 1,3 kilómetros de longitud.
El mejor momento para realizar la visita es entre los meses de Abril y Septiembre, fecha en la que se pueden visitar con un guía, durante el resto del año el acceso es libre, pero no hay tanta disponibilidad para las visitas guiadas.
Muchas son las teorías que se han planteado hasta la fecha, incluyendo algunas tan disparatadas como que se trata del fósil de una serpiente gigante, o que son soldados romanos que fueron petrificados como castigo divino cuando trataban de dar caza a San Cornelio. También hay quien sostiene que se trata de un sistema para predecir terremotos, o una especie de primitivo observatorio astronómico.
Quizá la teoría más plausible es la de que se trata de una gigantesca necrópolis, siendo cada uno de los megalitos la tumba y homenaje de un jefe de la época. Si esto se confirmase, estaríamos ante una de los más antiguos lugares de enterramiento del mundo, aunque claro está, aun no son más que conjeturas.
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