viernes, 20 de noviembre de 2020

Se cumplen 72 años de la caída del misterioso platillo volador tripulado en Roswell

 Este 8 de julio se cumplían 72 años del caso Roswell, referido al presunto choque de una nave de origen no terrestre (un globo según la versión oficial), cerca de la ciudad de Roswell, en Nuevo México.



En concreto, el 8 de julio de 1947 se publicó en la prensa el anuncio por el ejército de Estados Unidos de la “captura” de los restos de un platillo volante en un rancho cerca de Roswell. El oficial de comunicación de la base aérea del Ejército en Roswell, Walter Haut, emitió un comunicado de prensa indicando que el personal del Grupo de operaciones 509 había recuperado un “disco volador”, que se había estrellado en un rancho cerca de Roswell.

Los antecedentes del caso se remontan al mes de junio. Mac Brazel, un granjero de Nuevo México, descubre unos restos dispersos por su rancho cerca de Corona, Nuevo México, y el 5 de julio da cuenta a las autoridades.

El diario Roswell Daily Record publicaba que el misterioso aparato era un objeto del tamaño de una mesa, poseía caucho de color gris esparcido, gran cantidad de papel de plata, cintas adhesivas con diseños florales y varillas de madera, pero no contaba por ningún lado con metal alguno que hubiese podido ser usado como motor.


Tras la publicación del comunicado militar el 8 de julio, y la visita a la zona de un alto mando militar, la versión cambia y se atribuyen los hechos al impacto de un gran globo del Proyecto Mogul, con el que Estados Unidos pretendía espiar a la URSS. Varios informes militares posteriores corroboraron esta versión.

Lo absurdo es que se afirmó que las pruebas comenzaron en 1953, y el siniestro ocurrió en 1947. Para salvar esta incongruencia, los militares arguyeron que “los testigos olvidan las fechas”. Esta explicación podría ser convincente, pero el suceso apareció en un gran número de rotativos americanos en 1947. Esta contradicción en el Incidente OVNI de Roswell no hizo más que alimentar las teorías sobre un lado más oscuro y paranormal.

Hasta 1978, el caso Roswell recibió poca atención, hasta que los investigadores Stanton T. Friedman y William L. Moore compararon los resultados de una serie de entrevistas que cada uno había llevado a cabo por separado. La versión oficial del globo quedaba en evidencia, y se abría paso la hipótesis del accidente de una nave de origen no terrestre, con la recuperación de varios cadáveres de alienígenas.

El ingeniero Barney Barnett aseguró que pudo ver los cadáveres de los extraterrestres, uno de los cuales sollozaba, agonizante, cuando fue descubierto. Unos investigadores aseguran que se recuperaron cuatro cuerpos y otros que fueron siete. Y en 1995, el productor de televisión Ray Santilli aseguraba tener en su poder la película con las autopsias practicadas a los tripulantes de la nave.


Un anciano de 82 años, Jack Banett, ex cámara de las Fuerza Aéreas, era, al parecer, el autor de la grabación y de una copia que había ocultado durante décadas, asustado por la trascendencia de lo que vio.

El astronauta del Apolo 14 Edgar Mitchell, aunque no fue testigo directo, también afirmó en numerosas ocasiones que Roswell fue un verdadero incidente relacionado con seres de origen no terrestre, basado en sus contactos de alto nivel dentro del gobierno. “Yo he visto los expedientes secretos OVNI, y no hay duda de que hubo contacto con extraterrestres”, dijo.



Este astronauta opina también que hay una organización gubernamental paralela e independiente al gobierno que realiza experimentos con tecnología extraterrestre “y por eso no se pueden sacar a la luz todos estos incidentes”. Mitchell murió en 2016 sin haber facilitado ninguna evidencia que corrobore sus afirmaciones.

Lo único claro es que, seguramente durante años, el Incidente OVNI de Roswell seguirá siendo un misterio. Mientras, algunos aprovechan para sacarle partido. En Roswell existe un museo dedicado al suceso, dirigido por el ex-teniente Walter Haut, que difundió el primer comunicado asegurando que se había recuperado un platillo. En la zona opera desde hace años una empresa dedicada a la venta de souvenirs y recorridos turísticos.

Por 10 dólares se puede comprar una bolsa de piedras del rancho y por algo más de 50, dormir una noche a la intemperie donde, supuestamente, pusieron sus pies los alienígenas.



Fuente.

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